jueves, 25 de enero de 2024

BATMAN Y EL JOKER: EL NIHILISMO Y LA BÚSQUEDA DE SENTIDO.

 A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. G.·. D.·. U.·.

AA.·. LL.·. y AA.·. MM.·.

F.·. B.·. L.·. S.·. HIRAM ABIF No. 2


Mis experiencias vitales, mis lecturas de filósofos existencialistas y de las obras de Nietzsche, mi consecuencia con ciertas posiciones Nihilistas y mi rechazo a muchas de ellas, mi recorrido en la búsqueda de respuestas frente a una sociedad caótica y sin valores, mi iniciación en la Masonería, mi  vocación por la psicológica humana, mi gusto por los mitos sobre todos los griegos,  mi afición por mi héroe de comic favorito Batman y su más encarnizado, inteligente y trastornado  rival el Joker,  motivan este trazado.        

 “El mundo empezó sin el ser humano y acabaría sin él”, sin duda una frase dura y angustiante para una especie que se cree vanidosamente  terna. Frase patética pero real. Pero lo cierto es que solo nuestra terca especie ha sido capaz de trascender el estrecho horizonte del instinto, ampliando porfiadamente los límites de lo real. Gracias a nuestro talento para urdir y plasmar ficciones, de inventar y crear fantasías, de convencernos de nuestros cuentos,   hemos elaborado distintas imágenes del mundo. Más o menos coherentes, pero todas responden al anhelo de hallar un significado a la vida, a sus paradojas y contradicciones, el de superar , superar la muerte .  

Los mitos nacen de ese propósito. Son creaciones fantásticas, obras de ficción, pero no constituyen un mero entretenimiento. Expresan ideas, valores y sueños. La masonería por ejemplo tiene sus mitos y leyendas que son un verdadero soporte pedagógico y a través de ellos trasmite principios y una ética existencial propia.  

El viejo mito que describe a los dioses como agentes del caos insinúa que en realidad el cosmos carece de orden y sentido moral. Sospechamos que el mundo solo es ruido y furia, pero nos esforzamos en maquillar ese hecho, inventando edades de oro y paraísos perdidos, leyendas e historias fantásticas .

En las civilizaciones antiguas, mito y realidad se confundían. Nadie cuestionaba la existencia de Aquiles, Zeus  o Hércules.  No creo que hayamos superado completamente esa perspectiva, pues por ejemplo Jesús, talvez nunca realmente existió, sea sólo una leyenda o una alegoría de contenido simbólico. O, lo que es más probable, solo fue un reformador religioso, no el hijo inmortal de Dios. La resistencia a reconocer este hecho evidencia que no somos capaces de vivir sin ficciones.

Los mitos nos hacen pensar que la perfección moral es posible o que no es irracional aguardar la salvación mediante un héroe providencial. Nosotros en la Masonería tenemos también además  de mitos, leyendas, nuestros propios héroes.  A pesar de su carácter ilusorio, los mitos son necesarios. Ejercen un efecto catártico, aplacan miedos encienden ilusiones y pasiones.

Nuestra época de alguna forma exalta la ciencia y la razón, pero no ha renunciado a los mitos. El ser humano es un animal simbólico y necesita arquetipos para habitar un universo frío y hostil, donde sólo es una brizna abocada a la extinción, un ser huérfano arrojado  al mundo, sin ninguna contingencia.

 Hasta principios del siglo XX, la literatura era la principal fuente abastecedora de mitos.  A partir de los años 30, el cine y el cómic asumieron ese papel. Si buscamos el equivalente contemporáneo a Odiseo , Aquiles o Hércules, no lo encontraremos en una novela o un poema, sino en una película o un cómic. Menospreciado como arte menor el comic ha ejercido una poderosa influencia en la imaginación colectiva, en la psiquis humana, alumbrando personajes que han traspasado generaciones y con quienes de una u otra forma nos identificamos. Quien de nosotros no tiene un héroe de comic favorito. Se dice que el primer comic de héroes apareció en abril de 1938 y se publicaron 100 ejemplares de las aventuras de Superman, del héroe volador, pero por otro lado se desmiente esta versión y se establece que fue Phamton, El Fantasma o el Hombre Enmascarado, superhéroe que lucha contra el crimen organizado, comic  que se publica aparentemente el 17 de febrero de 1936, convirtiéndose en el primer super héroe.   

Muy pocas personas saben que Batman fue creado por el escritor Bill Finger y el dibujante Bob Kane, pero casi todo el mundo conoce al justiciero de Gotham, el Caballero Oscuro que lucha incansablemente contra el mal. No es una casualidad que Batman surja en mayo de 1939, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Las peripecias de Batman y su drama personal y existencial refleja el sentimiento de desamparo que experimentaba la sociedad en esas fechas, tras pasar por la crisis del 29, que arrojó a millones de personas a la precariedad, al hambre y a la intemperie, y asistir al ascenso de las ideologías totalitarias, cuya agresiva demagogia revivió la amenaza de una conflagración global.

La historia de Bruce Wayne recoge el sentimiento de vulnerabilidad de un tiempo de incertidumbre y desesperanza. Bruce presencia el asesinato de sus progenitores cuando solo es un niño. Su padre, Thomas Wayne, es un famoso médico y filántropo, cuyos antepasados participaron en la fundación de Gotham. Bruce goza de todo lo que un niño puede desear: afecto, bienestar material, un hogar. Todo se desplomará cuando Joe Chill, un atracador, mate a sus padres a la salida de un cine.

Años más tarde, Bruce decidirá transformarse en un justiciero para que un ningún niño nunca  vuelva a sufrir una tragedia similar. Al evocar su pérdida, reconoce con amargura: "Apenas conocí a mis padres como personas. Sin embargo, conocí el mundo de repente. Era duro, frío, oscuro y sin ley. Su rostro era feroz y bestial". Batman es la respuesta de una sociedad atemorizada en una época de inseguridad y violencia. No tiene poderes sobrenaturales. Solo es un individuo que utiliza su ingenio y su fuerza para frenar los estragos de los villanos afincados en Gotham, metáfora de un mundo sumido en la oscuridad, caótico y distópico.

Batman es un niño lleno de traumas existenciales, con un cuadro clínico de stress post traumático, es medio paranoico y obsesivo, no le es fácil confiar en otras personas, salvo en el noble Alfred, en Robin, y no siempre o en Batichica. Batman muestra una profunda aversión a las armas de fuego, fundamentalmente porque sus padres fueron asesinados por medio de ellas.

Batman simboliza el acto de vencer a sus propios miedos o mejor aún, usarlos contra sus adversarios para urgar la maldad y proteger al inocente. También simboliza la autorrealización y la voluntad de superar lo insuperable y de encontrar la mejor versión de uno mismo. Sus miedos y pesadillas los materializa en la oscuridad y en los murciélagos y la manera de enfrentarlos es convirtiéndose en ellos. Aprendió con sufrimiento a aceptar la realidad en lugar de huir de ella.

Tener un “por qué” es lo mismo que tener una razón de ser y un propósito. En el caso de Bruce y Batman, eso lo lleva a convertirse en filántropo, pero también a luchar por la justicia, Este héroe aparentemente y no sin contradicciones busca la justicia y no la venganza, aunque los límites de una y otra son muy endebles y a veces confusos.  

Este propósito es lo que lo ayuda a levantarse después de caer y a seguir adelante incluso cuando las cosas se ponen dramáticamente difíciles.

Bruce Wayne busca darle un sentido a su vida  a pesar de su evidente depresión existencial. En Batman inicia el protagonista dice “No es quien seas en el interior, tus actos te definen”, frase de corte eminentemente existencialista. 

Conviene recordar que la década de los cuarenta se caracterizó por bombardeos salvajes de grandes ciudades, deportaciones masivas y el exterminio de millones de personas. En ese escenario, parecía necesario un héroe capaz de menoscabar la aparente impunidad del mal.

Qué duda cabe que la historia de Bruce Wayne, dibuja y recoge el sentimiento de vulnerabilidad de un tiempo de incertidumbre, dolor  y desesperanza que se proyecta en el mundo abocado al sin sentido.  

En la escena apocalíptica de Ciudad Gótica o de Godman, aparece el Joker quien es el principal antagonista de Batman, su enemigo más inteligente y contumaz. Su sonrisa perpetua delata su locura, pero no es un simple esquizofrénico   y trastornado, sino un apóstol de un nihilismo oscuro, de ese que niega cualquier valor, sentido o propósito a la vida, el que rechaza la validez de cualquier norma ética existencial  y que duda de toda posibilidad de conocer la verdad. Es un nihilista que no cree en nada, no tiene lealtades con nadie, y no tiene otro propósito que sólo impulso de destruir. La leyenda dice que enloqueció tras caer en una cuba de ácido mientras cometía un robo en una planta química. El fatal accidente tiñó su rostro de blanco tiza y su pelo de verde fluorescente. Joker se incorporó a la serie en 1940, cuando Hitler parecía imparable. Comparte con el líder nazi un profundo nihilismo impregnado de megalomanía.  Ambiciona el poder por el poder para desatar el caos. Quiere destruir Gotham, reducirla a escombros. Como Hitler, explota el terror. Sabe que es el medio más eficaz para esclavizar al ser humano y despojarlo su dignidad.

Christofer Nolan con magistral audacia la personalidad de Joker en El caballero oscuro (2008), apoyándose en la brillante interpretación de Heath Ledger. Durante su breve conversación con el fiscal Harvey Dent (Aaron Eckhart), ya desfigurado y con la personalidad gravemente alterada, Joker confiesa que solo intenta instaurar una pequeña anarquía. El niega el principio de autoridad en la organización social y el odio a todas las obligaciones que procedan de las instituciones basadas sobre este principio.  Alterar el orden establecido es una manera de demostrar que el azar gobierna todo. El mundo es absurdo y aleatorio. Está condenado al caos y no hay redención posible. Joker como buen Nihilista admira el caos, pues le parece justo. Destroza a todos por igual. No hace concebir falsas esperanzas y evidencia la fragilidad de todo lo existente.

En su confrontación en un sala de interrogatorios con Batman que lo interpreta Christian Bale, Joker ironiza sobre las personas civilizadas y con principios. Asegura que su moralidad solo es una gran mentira. Apenas se tuercen las cosas, infringen sus propias reglas. "Solo son tan buenos como el mundo les permite ser". Joker se presenta como un visionario: "No soy un monstruo. Solo voy un paso por delante". No está muy lejos de Nietzsche según el cual la moral es una invención de los débiles y resentidos. Una de las frases célebres frases de este Villano es  “ lo que no te mata te hace diferente” que homologa a la frase  Nietzscheniana  “Lo que no te mata te hace más fuerte”.  Joker no es el superhombre, sino una especie de Dios  que exhibe una hostilidad desquiciada  hacia el ser humano, igual que algunas deidades primitivas.

Su reino es de este mundo y no se caracteriza por su benevolencia. Sus atributos son el horror, la destrucción, la crueldad. Su mensaje es muy simple: la realidad es un juego. Un juego terrible. Joker alardea de la inocencia del que se ha situado más allá del bien y el mal. Le es indiferente vivir o morir, obrar éticamente o cultivar la perversidad. El destino final de todo es la nada, la insignificancia. Solo hay una forma inteligente de afrontar esa perspectiva: reírse a carcajadas, violar los tabúes, sembrar el infortunio. Su  psicótico pensamiento para decir : ¿Por qué respetar a los otros, meros peleles de un universo que no obedece a ninguna regla moral?

Cuando veo este parvis del Templo masónico veo el antagonismo y la complementaridad que encarnan Batman y El Joker, que a la vez que sugiere  algo perturbador.

El devenir se basa en la tensión entre los opuestos. El universo se sostiene gracias a la complementariedad de los contrarios. Sin la existencia del mal, no habría surgido el bien. Ambos principios se necesitan. Joker lo sabe y por eso se ríe cuando Batman le pregunta por qué quiere matarlo. Su intención no es esa, pues sin el Caballero Oscuro el juego se interrumpiría. "Sin ti, no sabría qué hacer. Tú me completas", dice con sarcasmo en uno de sus diálogos cinematográficos. En una de las películas se insinúa que el Joker es el hermano de Bruce Wayne, un hijo no reconocido de Thomas Wayne, padre de Bruce.   

Joker es el abismo del que surgió el mundo. Batman, el héroe que lucha inútilmente contra las fuerzas del mal. El mal no es una creación humana, sino el rasgo esencial de unos dioses que inspiran temor y temblor. Las carcajadas de Joker ya se escuchaban en el Olimpo, cuando Ares, hijo de Zeus y Hera, lanzaba el rayo de la guerra sobre la humanidad.

Creía que sería imposible superar la interpretación de Heath Ledger, trágicamente desaparecido por una sobredosis de somníferos pero el Joker de  profundizó magistralmente en la psicología perturbadora  del personaje, fabulando sobre su origen. En la película de Todd Phillips, estrenada en 2019, Joker es un enfermo mental con un pasado traumático. De niño, sufrió malos tratos físicos y psicológicos, podría describirlo desde el punto de vista clínico como un individuo con trastorno de la personalidad antisocial y con  rasgos fuertes de psicopatía, un depredador siempre al asecho.

Es imposible no establecer nuevas analogías con Hitler, que también soportó abusos durante su infancia. Aparentemente, ya como canciller, su propósito era apoderarse del mundo, pero lo cierto es que sabía que sus posibilidades de lograrlo eran escasas y había previsto dejar un rastro de destrucción si fracasaba: "Podemos hundirnos, pero nos llevaremos un mundo con nosotros”, habría dicho. 

 Es fácil deducir que el Joker pretende hacer con Gotham lo que Hitler hizo con Varsovia, que utilizó a la Wehrmacht ( fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi) para destruir 90% de sus edificios y la totalidad de sus calzadas y puentes ferroviarios. El Joker de Joaquín Phoenix nos muestra los estragos del resentimiento. Un hombre humillado puede ser más letal que una bomba atómica. Sus ansias de venganza solo se aplacarán desatando el caos más terrorífico. La Gotham incendiada por la revuelta de los payasos evoca las hogueras de la noche de los cristales rotos.

Joker quizás tiene razón y solo hay caos, pero eso no debe frustrar la aspiración de vivir en un mundo más libre y más justo

Batman y Joker nacieron en un mundo en crisis. Las circunstancias han cambiado, pero la inseguridad perdura. Europa ha vuelto a enredarse en una guerra de consecuencias imprevisibles, dado que los arsenales de nuestro tiempo albergan armas nucleares, no podemos descartar un apocalipsis. Un pueblo que sufrió un exterminio masivo hoy somete a una población a otro con una crueldad que no respeta ni a niños. La Franja de Gaza es un escenario dantesco que no es capaz de sacudir la conciencia mundial.  A las amenazas convencionales, se suman nuevas calamidades: pandemias, inestabilidad económica, el desarrollo de la inteligencia artificial, que según algunos expertos podría acabar con la humanidad en un plazo relativamente breve.

Seguimos necesitando mitos como Batman, que encarna la posibilidad de una justicia alternativa. Muchos ciudadanos sienten que viven en Gotham,en la ciudad gótica que no es más que el símbolo de la degradación moral y ética, pues la corrupción y la violencia salpica a todas las instituciones.  Nuestro  mismo país parece en detalles una ciudad gótica, caos por todo lado, corrupción política, privada y administrativa, asesinatos a mansalva, niños ejecutados mientras duermen o en el pecho de su madre, sicariato, vacunadores, mafias que controlan casi todos los espacios de la sociedad, falta de liderazgo, depresión social…     

Joker simboliza ese caos que conspira contra la paz, la equidad y el equilibrio. Es una figura tan temible como patética, pues evidencia que la semilla de la autodestrucción acompaña a la condición humana. “El mal no es un fatalidad, es algo que viaja en nuestro interior”. “Es una herencia de los dioses, que crearon el universo para experimentar el placer de contemplar nuestro sufrimiento, dice Rafel Narbona.

Batman simboliza la urgencia de darle un orden y sentido constructivo a la vida,  así en realidad esta  no lo tenga, a pesar de su absurdidad . Como decía Camus “eso no implica que no merezca la pena vivirla, que la carencia de significado es lo que  nos permite ser dueños de nuestra existencia”. Batman como Camus nos recuerdan que la vida adquiere sentido a través de nuestras acciones y elecciones como de la solidaridad y búsqueda de justicia con nuestros semejantes. 

Batman entiende que la  democracia es un sistema imperfecto, que hay que tratar de mantenerlo a costa de entender como decía Umberto Eco “que ésta también  es aceptar una dosis soportable de injusticia a fin de evitar injusticias mayores” .

Para el Joker, “nada esta bien, nada”, la democracia es un sistema perverso que ha servido para la explotación del hombre por el hombre, llevada a un punto sin retorno donde las morales y la ética resultan del discurso de la supremacía del dinero y no de la condición humana, democracia que hay que destruirla, pero sin proponer desde su mente oscura una alternativa válida.        

Creo también y sin duda que todos llevamos dentro un  Batman y un Joker en constante pugna, nuestra búsqueda de sentido de la vida choca con nuestras actitudes a las que podemos calificar también de nihilistas, no solo cuando asumimos una actitud psicopática al perder nuestra capacidad de empatía con los demás, sino cuando vivimos en un frenético consumismo, egoismo y narcisismo, sustentado  en la filosofía del todo vale o en un más domestica  del “comamos y bebamos  que mañana moriremos”.       

Claude Lévi-Strauss, el famoso estructuralista, no se equivocaba. “El mundo acabará sin nosotros”. Ninguna especie dura eternamente. A nuestra común  vanidad e cuesta y duele aceptar que sea así.  Todos de una otra forma nos rebelamos a esa idea, yo particularmente creo que el universo posee una lógica propia que no coincide con nuestros deseos.

El Joker quizás tiene razón y solo hay caos, pero eso no debe frustrar la aspiración de vivir en un mundo más libre y más justo. El destino de Gotham es sumergirse en la oscuridad, pero hasta que eso suceda espero que Batman siga recorriendo sus calles, inspirando a luchar por un mundos más tolerante a trayendo algo de luz.

Quiero ver todavía en el horizonte su símbolo que representa una esperanza en un mundo desolado de justicia y compasión.  Si algún día desaparecen los mitos como el que representa Batman, se cumplirá lo que profetizo con elocuencia el siempre notable Octavio Paz: “El mundo empezó con una carcajada y termina con otra". La diabólica carcajada del Joker se extinguirá seguramente con este caótico universo, pero en el que quiero, quizás utópicamente, darle aunque sea un débil sentido, desde mi simple trinchera, a través de mi propia lucha, que quisiera también sea colectiva  por un mundo más equitativo, algo más ético, justo  y humano  . 

 

Felipe Albornoz Peña

M:. M:.

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